Coahuila, México
El día de ayer, la Sra. Martha Lomeli Arévalo de Puerto Vallarta, madre de la ajedrecista Paloma Lomeli, asombrosamente recibió un paquete de mi madre el día de ayer, el único problema es que mi madre falleció hace un mes y medio.
Para poder relatar esta historia tendría que regresar al 5 de octubre del 2007, en el lobby del Hotel Los Trojes de la ciudad de Aguascalientes. Era el North American Youth Championship y los tres países del continente estaban presentes. En mi corazón cargaba el hecho que mi madre jamás había asistido a un torneo de mi hija Claudia y no por que no quisiera sino por que mi madre anteriormente vivía en los Estados Unidos y nosotros en México.
En el 2006, mi madre vendió su casa en Texas y se mudo a nuestra ciudad para jubilarse en compañía de nosotros su familia. Cuando leí la convocatoria del torneo en el verano del 2007, tome la decisión de invitar a mi madre a que nos acompañara en el viaje de once horas por tierra.
Mi madre alegremente acepto la invitación.
Cuando llegamos a la ciudad de Aguascalientes, mi madre parecía una niña contenta de ver al país de donde había emigrado en su juventud. Cuando entro a la sede del torneo, su mano se fue a su boca en asombro siendo que sabía muy poco del ajedrez. Le llamo la atención las mesas largas y blancas, un escenario bonito y bien arreglado digno de un evento internacional.
Le preguntaba a mi madre lo que pensaba de lo que veía y contesto que le hubiera gustado en su niñez y juventud haber tenido las oportunidades que los jóvenes presentes tenían. Cuando vio a su nieta, Claudia sentada jugando, sin pensarlo dos veces, como cualquier abuelita, la saludo en voz alta mientras movía su mano. Le dije que no podía hacer eso por que estaban en juego y rápidamente ceso al darse cuenta de la infracción, mas le sonreía a distancia.
Después de que iniciara la primera ronda, mi madre se fue a sentar al lado de mi esposa y mi otra hija Faith, mas alguien mas se había incorporado al circulo de sillas, la Sra. Martha Lomeli Arévalo de Puerto Vallarta.
La Sra. Lomeli Arévalo como toda madre de familia cuya hija esta en el ajedrez pasaba por los mismos nervios que todos. Mas en mi madre encontró una amiga en quien confiar y quien le animara mientras Paloma competía.
Cada vez que pasaba por las sillas veía a la señora y a mi madre platicando y platicando. No cesaba la comunicación entre ellos.
Como todos saben, nosotros somos una familia cristiana evangélica, por lo tanto no se tarda mucho en una plática el compartir lo que tenemos en nuestro corazón, este fue el mismo caso entre las dos mujeres. La señora compartía con mi madre todas las problemáticas que continuamente enfrentaba con su hija dentro del ajedrez y me imagino que mi madre le instruía que encomendara su camino en las manos de Dios.
La plática fue sobre Dios y lo bello que era ver a sus hijos con sus hijos dentro de un deporte sano como el ajedrez.
Al tercer día de competencias, Claudia gano la medalla de oro de manera invicta para los Estados Unidos. MI madre tuvo la oportunidad de ver a su nieta coronarse como campeona del continente en su categoría y de estar a su lado cuando recibió su titulo de Woman Candidate Master por la FIDE.
Al regresar a Ciudad Acuña, mi madre continuamente me decía que oraba por la Señora Lomeli. Durante las fiestas de navidad del 2007, mi madre me pregunto si la podía llevar al correo. Se me hizo raro por que mi madre recibía toda su correspondencia del lado americano en la ciudad de Del Rio, Texas, pero me informo que deseaba mandar un paquete a Puerto Vallarta.
¿Puerto Vallarta? ¿A quien conocemos en Puerto Vallarta? Fue la pregunta del día.
Me contesto que le había comprado una Biblia a la Señora Lomeli. Abrace a mi madre por que era su característica, el de siempre preocuparse por los demás. Le dije que me diera el paquete y que yo se lo mandaría.
Por un sin numero de excusas no mande el paquete esa navidad y tampoco en la primera mitad del 2008. Mi madre me reprochaba que no lo hubiera mandado. Le asegure que en el Olimpiada Nacional 2008, me lo llevaría para entregárselo personalmente a la Sra. Lomeli. Lo puso a lado de nuestra mochila y por una razón que aun desconozco, olvide el paquete. Cuando vi a la señora en el hotel en San Luis Potosí me sentí tan mal.
Cuando regrese no podía encontrar el paquete y lo di como perdido, decidí que mismo le compraría una biblia para mandársela, pero no estaba seguro que mas podría haber llevado el paquete. Había un sobre pegado con cinta al paquete y eso no lo podría reproducir.
En el mes de abril del 2009, mi madre sufrió una hemorragia cerebral la cual la llevo a una parálisis de mitad de su cuerpo con perdida de sus facultades del hablar. Para mantener mi sanidad mental me puse a limpiar mi cuarto cuando encontré el paquete. Lo abrace por que era de mi madre.
Es día le dije a mi madre que había encontrado el paquete y que no le fallaría esta vez, que me aseguraría que le llegara a la Sra. Lomeli. Me madre aun consciente me escucho, sabia que era importante para ella.
El 5 de mayo a las 12:30 a.m., mi madre partió de esta tierra a descansar en los brazos de nuestro padre celestial. Me dedique por dos semanas después de su fallecimiento a revisar sus documentos y finalizar sus pagos cuando encontré la dirección de la Sra. Lomeli.
El paquete, había hecho una promesa.
Cuando lleve el paquete a ESTAFETA, rehusaron mandarlo a Puerto Vallarta informándome que tenía que llevarlo a sellar a la aduana primero por que vivimos en la frontera. Cual fue mi decepción al darme cuenta que toda problemática habido y por haber se me estaba atravesando.
Lleve el paquete al puente internacional para que la aduana lo sellara y de allí a ESTAFETA.
Al ver las noticias me di cuenta que un huracán iba rumbo a la costa mexicana del pacifico y me preocupe que no llegara el paquete a la Sra. Lomeli, pero llego. El día de ayer recibí el siguiente correo electrónico de ella, lo cual compartiré con ustedes:
Hola Sr. Abed,
Hoy en la tarde me llego el paquete y le doy las gracias y leí la carta de su madre, la tarjeta, y la biblia
son el mejor regalo que he recibido y un bonito recuerdo de su Sra., madre. Ella fue una persona muy especial en mi vida su platica siempre me dejo un buen sabor. Les mando saludos muy afectuosos a usted y a su familia.
Hasta pronto.
Martha Lomeli Arévalo
La sensación emotiva preciosa invadió mi sentir al leer el correo electrónico. Cerré mis ojos y le di gracias a Dios que aun después de fallecida, mi madre logro tocar la vida de un ser viviente una vez mas de manera personal, con su letra en una carta, me imagino que dio un ultimo consejo.
Le doy gracias a Dios por esta experiencia y aunque por error fui tardío en cumplir con una tarea que le dije a mi madre que haría por ella, me di cuenta en estos días que aun sigo siendo sus manos, sus brazos, y su voz.
Gracias mama por haber sembrado una semilla en la familia Lomeli Arévalo.