La Maestra Internacional de Ajedrez dijo que no a la oferta, pese a su falta de recursos. Desde los 16 años Martha Fierro ha sido tentada para vestir los colores de otra bandera que no sea la ecuatoriana. Pero su carácter férreo ha hecho que no abandone el sueño de ser un ejemplo para la nueva generación de ajedrecistas en el país.
“Es de conocimiento público que este deporte (ajedrez) no tiene mucha acogida en Ecuador, pero no ha sido un inconveniente para mí, puesto que me dedico de lleno a lo que me gusta y gracias a eso puedo tener una vida plena”, señala la Maestra Internacional de Ajedrez femenino.
En la actualidad es la entrenadora de la selección italiana femenina de ajedrez y gracias a su trabajo ha solventado los gastos que conllevan la práctica de esta disciplina.“La verdad es que viajar y participar en torneos internacionales es complicado, a parte de que son costosos, por eso yo me las he tenido que ingeniar -desde mis 16 años- para obtener el recurso necesario que implica”, comenta un poco indignada.
La Federación Ecuatoriana de Ajedrez (FEDA) la ha ayudado en lo que ha podido, pero no ha sido suficiente, por lo que ella, además, colabora con la Federación Internacional de este deporte (FIDE) que desarrolla un programa de difusión del ajedrez femenino en América Latina.“Los de la federación siempre me han respaldado y les agradezco, pero hay que ser sinceros, ellos tienen que rendir cuentas a las asociaciones afiliadas, por eso los recursos que tienen no abastecen”, comenta la tablerista.
El 11 de marzo, la Maestra Internacional visitó el Club de Ajedrez de Guaynabo, Puerto Rico, como parte de la Comisión Femenina de la FIDE para impulsar el ajedrez femenino en ese país.Martha dirigió una charla, específicamente a niñas de 6 a 18 años, donde además entregó libros y material ajedrecístico. “Fue una linda experiencia, además de difundir este deporte, conocí las costumbres de ese país.
Las chicas me trataron como una ‘estrella’, me pidieron autógrafos y hasta realizamos unas simultáneas (partidas de exhibición) con chicas de 4 y 13 años”, expresa emocionada la Maestra.Así emocionada se pone cuando en un torneo la nombran por los altos parlantes como “la ecuatoriana Martha Fierro”.
“Cuando me nombran, antes de participar dicen mi nacionalidad y eso me enorgullece mucho más de que digan Martha... Representar al país es algo que no lo puedo describir”, expresa sonriente.
Y es que ella nunca se imagina traicionar a su país, a pesar de las seductoras propuestas que ha recibido por parte de las federaciones de Estados Unidos e Italia, que son las que hasta la actualidad le susurran al oído para que cambie su bandera.
“Desde que me di a conocer con el título panamericano, han sido un montón de países los que me han propuesto que los represente. Se los agradezco, pero, les dije de corazón, jamás dejaré de vestir la amarillo, azul y rojo del Ecuador”, indica orgullosa la ajedrecista.
En Italia es profesora de la selección femenina de esta disciplina e íntima amiga del presidente de esa federación, Gianpietro Pagnoncelli.Ese dirigente es el que más le insiste para que obtenga la ciudadanía italiana. “Cada vez que acudo a las prácticas, me propone cubrir al ciento por ciento los gastos que conlleva participar en los certámenes internacionales, además de garantizarme un futuro sin que me falte nada”, cuenta.
Ante eso, Martha manifiesta con seguridad: “De buena manera le he dicho que no acepto”. Y agrega convencida que unos euros no la harán cambiar de idea. En este momento de gloria para el ajedrez ecuatoriano lamenta la falta de apoyo.
“Todos los gastos de entrenamiento y campeonatos los cubro yo, ya que no recibo apoyo de ninguna entidad deportiva o privada, aún siendo la mejor ajedrecista ecuatoriana de la actualidad, ‘ranking’ que tengo desde el año 1992”, indica un poco decepcionada por su situación.
Lo único seguro en el futuro de Fierro es que seguirá trabajando con la FIDE en el proyecto para jóvenes ajedrecistas. Por ahora viste la camiseta ‘tricolor’, pero eso podría cambiar si no ve un futuro próspero en el país.
Ofertas no le faltan.
Andrés Argudo
Reportero - Guayaquil