Ciudad Acuña
Coahuila, Mexico
El autobús que el Instituto Estatal del Deporte de Coahuila había rentado para transportar al equipo de ajedrez estaba lujoso y bonito. A nuestra llegada fuimos tratados con toda la cortesía y amabilidad por Héctor y su asistente. Económicamente hablando ya mis finanzas estaban limitadas con las inversiones en torneos realizados en los dos países. Uno de los padres de familia de nuestro centro educativo nos había facilitado el uso de su hogar en San Luis para amortiguar nuestros gastos.
Fue allí donde nos quedamos al otro lado de la ciudad y lejos de la sede, pero valió la pena.
Al comenzar el evento todo figuraba bien hasta acabar la segunda ronda en donde sorpresivamente Claudia perdió en contra de Carmen de distrito federal. No digo sorpresivamente por que perdió sino por como perdió, en menos de 30 minutos. Carmen es una jugadora nacional que califico al Panamericano en Argentina como medallista de plata por lo tanto su respeto lo tiene bien merecido. Mi asombro fue en la trampa que cayó Claudia al jugar un juego “rápido” en un torneo donde hay hasta tres horas para jugar.
Fue una pesadilla el ver que una medalla olímpica se desvanecía.
Esa noche medite duro y profundo no tanto en el desempeño de mi hija sino en el mío. ¿Por qué afrontábamos esto en casi cada torneo? En la mañana después de vestirnos, nos preparábamos para nuestro devocional diario en donde oramos y leemos la Biblia. Como cristianos este devocional es parte de nuestro programa de ajedrez porque las estrategias y tácticas son excelentes pero el ajedrecista requiere de una base emocional de donde pueda alimentarse. Esa mañana le pregunte a mi hija si ella creía en el versículo de Filipenses 4:13, “TODO LO PUEDO en Cristo que me fortalece.”
Me contesto que creía en el totalmente.
Le pregunte entonces porque había perdido en 30 minutos el día anterior. Medito por varios minutos. Le explique que en lugar de dejar que Cristo le diera la fuerza para lograr su objetivo, ella se baso en su conocimiento y dejo que el orgullo entrara en su corazón. Cuando ella vio a Carmen con un rating mas bajo observe en su rostro una sobre confianza. Le dije antes de la partida que se cuidara de ese sentimiento.
Me confeso que lo que decía era la verdad.
Procedí a contarle la historia de la Biblia en donde Jesús camino sobre el agua y Pedro viéndolo decidió hacer lo mismo casi lográndolo. La Biblia relata que la razón porque Pedro comenzó a hundirse fue porque comenzó a ponerle atención a sus alrededores como era el agua, el viento, y el hecho que estaba caminando sobre el mar. La invite a caminar sobre el mar de igual manera al mantener sus ojos sobre Cristo, sobre los valores espirituales con los que ha sido criado. Le pedí que no viera las olas del mar o el hecho que estaba caminando sobre el mar. Incluso le dije que yo también caminaría sobre el agua con ella y procedí a quitarme mi cachucha.
Desde su niñez para diferenciarme como entrenador y como padre decidí ponerme una cachucha. El usar una significa que soy su entrenador y el quitármelo que soy su padre. Por primera vez en un torneo me quite la cachucha. Le dije que iría de este momento en adelante como su padre.
Claudia se puso de pie repentinamente y me abrazo con lágrimas en sus ojos. Me di cuenta que había madurado yo como persona, Claudia no quería un entrenador en los torneos – quería a su padre. Le dije que actuaria como todo padre y que tanta fe tenia que caminaría sobre el agua que no la esperaría en la puerta del salón de juego. Le dije que me quedaría en el lobby del hotel, a tres cuadras de la sede y que allí la esperaría. No requería ver con quien iba a jugar o darle alguna instrucción, era tiempo de confiar en la persona que nos dio este talento – Dios.
Cualquier podría discutir mi metodología pero produce resultados y los ha estado produciendo por cuatro años por lo tanto algo hay de cierto en lo que hago como padre y entrenador.
Al llegar al hotel en donde era la sede, le dije a mi hija que hasta allí llegaría y que tendría que proseguir sola la siguiente distancia. La esperaría sentado enfrente de mi laptop.
Me dio un beso y su fue corriendo a la tercera ronda. El tiempo fue eternal! No estaba acostumbrado a esperar como un padre pero casi a la tercera hora vi la figura de mi hija caminando hacia mí.
Había ganado la tercera ronda.
Al abrazarla le pregunte sobre lo que había pasado sin analizar su partida, algo que como entrenador siempre hacia. Me comento que en la apertura regalo una pieza y que le dio tanto coraje que se puso de pie y se fue a tomar cinco vasos de agua mientras oraba y le pedía a Dios calma. Diez movidas después recupero su pieza pérdida para después ganar la partida. Esa noche analice su juego mientras dormía porque al despertar en la mañana, mientras se tomaba una leche en el OXXO le comente lo que había visto en la partida. No duraba más que unos segundos hablando sobre la partida para regresar a mi puesto de padre. La volví a dejar que caminara sola desde el lobby del hotel sede solo para verla regresar casi tres horas después.
Había ganado la cuarta ronda.
Siguiendo la misma dinámica de las otras dos rondas, llegamos a la sede sin saber con quien jugaría Claudia. No era importante porque al caminar sobre el agua el único objetivo es de no quitarle la mirada a Jesús. La despedí solo diciéndole que de ganar la quinta ronda estaría en posible contención para medalla. Si no había un triunfo en esta ronda no podríamos proseguir pero que por favor siguiera caminando sobre el agua. Me dio su tradicional beso en la mejilla y se fue corriendo como acostumbra hacer en cada ronda. Como sufrí en esta ronda porque pasaron las tres horas y no veía a mi hija en el horizonte. Pasaron tres horas y diez minutos y nada, tres horas y veinte minutos y nada más en la tercera hora con treinta minutos alcance a ver la figura pequeña de mi hija. Venia caminando despacio y con su mirada al suelo. Mi corazón decayó cuando al acercarse a mi me dijo, “gane.”
Había ganado la quinta ronda.
Se abrió la puerta para una posible medalla. Esa tarde Claudia descanso en el cuatro del entrenador de Coahuila y su delegado mientras ellos buscaban la formula matemática paraqué Claudia ganara medalla. Mientras dormía, ella siempre duerme entre rondas, acariciaba su pelo mientras le daba gracias a Dios por vivir la experiencia que estaba viviendo en esos momentos. Al llegar las 15:30 horas, llego FM Memo Ruiz y el Prof. Callejas para informarme en privado las combinaciones matemáticas. Claudia tenia que ganar y Carmen perder para que ganara la medalla de plata. Opción dos era Claudia ganar y Carmen ganar y tendría que perder la ajedrecista de Tlaxcala para que Claudia ganara la medalla de bronce. De ganar Tlaxcala, aunque Claudia ganara quedaría en cuarto lugar. Me dijeron que Claudia tendría que jugar en contra de Griselda Urbina Salazar de San Luis Potosí, los anfitriones.
Me corazón se detuvo.
Urbina y Claudia cruzaron caminos en el Pre Nacional del 2005 cuando Claudia apenas tenia la edad de siete. Ese Pre Nacional fue histórico por la generación que egreso de allí, Urbina de San Luis, Eunice Cataneo de Tamaulipas y después Claudia. Fue la primera derrota de mi hija afuera del estado de Coahuila. En ese año ella se quedaría a medio punto de pasara a la Olimpiada Nacional. Las dos volvieron a cruzarse en el Abierto Nacional 2006 en donde en la cuarta ronda por razones que jamás entenderemos mi hija renuncio en la mitad del juego. Fue la única vez en su carrera que la había hecho o que lo haya hecho hasta el día de hoy. En ese año Urbina se convirtió en campeona nacional y represento a Mexico en el Panamericano en Ecuador.
Nosotros jamás olvidamos esas experiencias sino que las usamos para trabajar más fuerte. Urbina era lo mejor jugadora mexicana del momento a nivel nacional junto con Rita Torres de Campeche y Dávila de Zacatecas. Le había dicho a mi hija que jamás llegaría a ser campeona nacional hasta que no derrotara a las campeonas nacionales. Cuando lo hiciera sabría que había llegado su día.
Al despertar Claudia le comente sobre las posibilidades matemáticas que tenía mas todo se enlazaba con el hecho más importante – ganar la última ronda. Después de preguntarme quien seria su contrincante me tome un segundo antes de decirle que era Urbina de San Luis Potosí. Simplemente me contesto que estaba bien. No había una sola duda en su rostro. Cuando salió del cuarto todo el equipo de Coahuila la estaba esperando, hablo de los hombres, la animaron porque sabían que estaban presenciando historia. Le dije que esta vez caminaría con ella para capturar el momento en video y fotografía.
Al entrar en el salón, rápidamente se sentó en el tablero dos en donde Héctor del INEDEC observaba calladamente. Ellos también sabían que Coahuila esta en pie de una posible medalla. Después de orar enfrente del tablero le pregunte si estaba lista para caminar sobre el agua una vez mas y me contesto que afirmativamente. Los relojes comenzaron y su contrincante aun no llegaba. En eso observe ha Urbina entrar en el salón de juego y revisar los pareos, no creo que sabia con quien iba a jugar. En años anteriores cuando la veíamos en algún torneo le preguntábamos si se acordaba de Claudia y siempre contestaba que no sabia quien era al pesar de enfrentarse dos veces anteriores. Al sentarse Urbina, mi hija le pregunto si se acordaba de ella volviendo ella a contestar que no se acordaba.
Salí del salón y proseguí al lobby del hotel, lejos del área de juego para esperar a mi pequeña. Al pasar más de dos horas y media la desesperación me llevo a comprar un agua fría al lado del hotel. A mi regreso un padre de familia me dijo que Claudia mi buscaba cuando repentinamente la vi corriendo dando la vuelta para brincar a mis brazos, “GANE PAPA,” exclamo con jubilo. No lo podía creer porque la historia iba en contra de Claudia. Sabíamos el calibre de jugadora que es Urbina mas simplemente no lo podía creer. Quería llorar, quería brincar, quería hacer tantas cosas pero no podía. Le dije que Carmen había ganado, ahora necesitábamos saber si Tlaxcala había ganado o perdido.
Nos apresuramos a la sala de juego en donde FM Ruiz, el Prof. Callejas y Prof. Vallejo estaban congregados con Héctor del INEDEC, solicite que investigaran el resultado del tablero uno. Ellos estaban al tanto de la información mas no había información que dar pero Héctor insistió y el Prof. Callejas se acerco a un conocido para preguntar. Tlaxcala había perdido.
La sequia de 6 años había acabado.
WCM Claudia Elizabeth Muñoz de Ciudad Acuña le había ganado a Coahuila – el Gobierno de la Gente – su primera medalla en ajedrez desde el 2002 cuando Francisco Pimentel de Torreón hiciera lo mismo. Francisco se encontraba en la misma delegación compitiendo en la sub-14.
Claudia camino sobre el agua por cuatro rondas consecutivas después de perder en la segunda ronda. Mas la historia no acabo allí sino que en el cuatro día de competencia en el torneo mixto rápido g/30 continuo con su racha de victorias en la primera, segunda, tercera y cuarta ronda. No paro de caminar sobre el agua por ocho rondas en donde derroto a los niños y niñas más fuertes del país. Muy notable fue su victoria sobre Dávila de Zacatecas en la cuarta ronda siendo que ella era la campeona del Abierto Nacional 2008.
Antes de comenzar la quinta ronda Claudia ya le había ganado la medalla de oro para Coahuila en el rápido categoría mixto femenil y se encontraba en el tablero 1 enfrentando a uno de varios niños después de haber vencido a dos más en rondas anteriores. Claudia era la única niña en los primeros cuatro tableros, dato que cautivo las miradas de varias madres de familia y competidoras que se detuvieron para sacarle fotografías incluyendo FM Memo Ruiz de Coahuila.
Por fin perdió después de ocho victorias consecutivas pero aun en la derrota consiguió la tercera medalla para Coahuila en el rápido mixto general siendo la única niña en su categoría de compartir el podio con niños.
Dos medallas en un día, de oro y bronce.
Para estos momentos el blog de GM Susan Polgar en los Estados Unidos publico la noticia por haber sido una ajedrecista que compitió y gano uno de sus torneos.
Para el último día Claudia figuraba ganar dos medallas mas venciendo una vez más a Dávila de Zacatecas y a dos niños más. Al entrar en la cuarta ronda con un triunfo allí ganaría su cuarta medalla y su segunda de oro mas perdió esa partida y la ultima dejándola en cuarto lugar en el rápido mixto femenil y decimo lugar mixto general. Ya estaba físicamente cansada después de cinco días de competencias en tres torneos. Pero rebaso las expectativas de ganar tres medallas ENTRANDO a la sub-12, su supuesto año débil.
Comenzamos la sub-12 no creyendo en esos mitos de años débiles y fuertes. Todo es duro en el ajedrez, nada es garantizado dentro de este deporte. Mas por cinco días Claudia enfrento a siete mujeres y cuatro hombres con tres campeones nacionales en diez y seis rondas en donde gano 13 partidas solo perdiendo tres pero atravesando una racha de 8 victorias consecutivas con un total de tres medallas.
Claudia contaba con solo 10 años y me toco el honor ver como ella deposito su talento y confianza en Jesús y no en sus habilidades. Me toco ver a mi hija caminar sobre el agua y fue una experiencia inolvidable.